Bay Yanlış - Bölüm 7

Señoras, muy buenos días a todas y bienvenidas de nuevo a mi blog. ¿Están preparadas para entrar en La Gabbia y descubrir qué impresiones tuve durante la emisión del episodio 7 de «Bay Yanlış»? Pues entremos que comenzamos.

-Buenos días, Özgür.

-Buenos días, chica guapa.

Huy, me da que Özgür necesita una buena visita al oculista. Llamarme a mí chica guapa es de tener al menos 5 dioptrías en cada ojo. Por cierto, un español perfecto, con un acentazo del copón pero perfecta dicción y que también nos regaló en varias ocasiones en este episodio.

-Gracias, preciosa

Lo que yo os diga, cegato el pobre.

-¿Qué nos has preparado hoy?

-Hoy tengo para ti esto -diría deslizando por la pulida superficie de la barra del bar un cóctel que parece delicioso.

-¿Qué diablos es esto? -Las carcajadas resonarían en el salón-bar de La Gabbia. Si jamás habéis oído reír a Özgür, cariños, no sé a qué esperáis. Risa genuina donde las haya, una risa que tintinea desde su campanilla y resuena con fuerza y frescura.

-Querida Elf... ¡un Baile del Diablo*! -El guiño que me ha lanzado es de órdago. 

¿Sabéis ahora el por qué de su risa? ¡Menudo jueguecito de palabras! Se ha reído al nombrar yo el diablo y sabe perfectamente a dónde se dirigen nuestros libidinosos pensamientos al nombrar la palabra baile. Sí, hijas, sí, se nos va a ese tango.

¡Por favor! No hay baile más sensual que el tango. Pero ya llegaremos a esto. Comencemos por donde nos quedamos en el episodio 6.

¡Gracias, Tesla! Querido te mereces un monumento. Llegaste, viste y venciste a Yesmin. 😂😂😂 Fuiste el sumum de la oportunidad. Y luego Özgür. El ídolo de muchas con ese pedazo de cobra. Una pena que Ezgi no estuviera allí para verlo y en cambio estuviera en su habitación arrojando la preciada margarita de la boda a la papelera. Lo que me lleva a la pregunta de... ¿realmente la tiró o finalmente la rescató? Conociendo a Aslı... me da que la recuperó en algún momento en el que no estábamos atentas. ¿Qué pensáis? Y fue una lástima también que se hiciera la dormida y no escuchara lo que Cansu tenía que decirle.

En fin, aparquemos los momentos de instrospección en los que se sumió Özgür y el cabreo monumental de la chica cuando comenzaron a sonar por los altavoces la música estridente que puso en el estéreo el niño. 😂😂😂

¿Sabéis algo que me gusta de esta serie? Las continuas «guantás» sin mano que se les da a los supuestos «malos». El destino, queridas, el destino que hace que nunca estén donde supuestamente quieren estar. No he visto yo serie anterior donde se les quite de enmedio tan rapidito, 😂😂😂

Pero continuemos.

El punto cómico de este episodio lo han aportado Cansu y Levent. Ay, por favor, lo que me pude reír con ese Levent, todo serio y estirado, entrando en la piscina con la intención de pelearse con el instructor de su novia. 😂😂😂. No me hubiera yo imaginado escena tan completa ni siendo protagonista de la misma alguien con las características de Levent. Esa escena de celos fue de lo más divertida.

Pero sigamos ahora con la otra pareja secundaria. Ozan y Deniz. Ingenioso. Muy ingenioso lo que montó Asli con ellos. Me quedé un tanto así: 😨

¿Quién osa decir que las coincidencias no existe? ¿Que el destino tampoco? Si no habéis visto aún el episodio os invito a hacerlo. Hay cosas que nunca se olvidan y la mirada de quien uno se enamora es una de ellas. Fue el momento tierno del episodio y éste es imperdible tanto y más cuando sabes que Deniz es una mujer que mantiene a raya al pobre Ozan que bebe los vientos por ella desde el segundo, al parecer, menos uno, 😂😂😂. 

Y si no al tiempo... porque la escena del «cocinado» en la terraza de La Gabbia es de todo menos prescindible. Paralelismos de cómo cada uno monta el burrito y como es cada uno como persona. Aslı, chica, estuviste sembrada en esa parte del guion. Esos cruces de miradas entre todos y ellos fueron la pimienta del cóctel que preparó Emre poco después. 

Lo que me lleva a la escena donde el rey indiscutible es él: Emre (alias Pablo), que se convirtió en el héroe de la noche. Cómo nos hubiera gustado estar en sus zapatos en el momento en el que le largó el chupito a la Irem de las narices llevando éste guindilla y haciendo a ésta y a Yesim salir corriendo a urgencias, ¿eh? 😂😂😂 Fue un momento tan fandom como el que nos dio en el episodio 43 de «Erkenci Kuş» al patear el bastón de Yiğit, 😂😂😂

Por cierto, lo dije por Twitter y aquí me reafirmo: ¡Adjudicado! ¡Adjudicada! Son tal para cuál. Irem para el ginecólogo tocapelotas de Serdar y Serdar para la abogada tocapelotas de Irem. He dicho y sentencio. A Yesim la envío a la Patagonia, a que aprenda a bailar el tango que es propio de la zona, 😂😂😂.

Pero vamos al plato fuerte del episodio que esto anterior sólo han sido sabrosos aperitivos.

La relación de Özgür y Ezgi fluye. Va a buen ritmo aunque veo más entregado a él que a ella. Por favor, Can, por favor, en una de éstas nos matas. Eres increíble. No hace falta saber turco para leerte como un libro abierto de niños pequeños. Eres todo expresiones faciales. Esas mordidas de labios, esos gestos al pasarte la mano por el rostro... valen su peso en oro pero el momentazo que nos diste en esa barra junto a Ozan mientras las chicas hablaban con «otro». Ay, por Dios. Ganas enteros por momentos. Y a eso sumamos que Ezgi se está convirtiendo en una auténtica «coqueta». Ese momento de mordida de fruta fue tan bien recibido como opurtuno para ponerte en órbita, ¿eh, querido?

-Mejor me mantengo en silencio.

Sí, mejor no hables, Özgür, estás más mono calladito.

Bueno, ni qué decir que el episodio 7 ha sido todo un guiño al fandom hispano coronado con esa fiesta latina. Lo que no entiendo es qué hacían algunas chicas vestida a lo «charlestón» con vestidos propios de la época de los gánsteres americanos y plumas por tocado. ¿Alguna ha visto a una latina vestida así bailando salsa, merengue, bachata o lo que se tercie? Por más que busco en mi memoria y mirad que me he tragado concursos de baile latino... no encuentro a nadie vestida de semejante guisa. Si estoy equivocada, ruego me corrijan. Yo creo que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid... 😂

Pero lleguemos al momento álgido del episodio. Llegamos al momento del tango. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? 

Pues todo comenzó con una conversación fortuita en un gimnasio precedido ésta de una de las escenas más divertidas: el intento de Ozan de abrirse a Deniz. La cara de Özgür en ese momento no tiene parangón. ¡Lo que yo hubiera dado por ser una mosca en el set mientras se rodaba esa escena! Ozan desangrándose ante Deniz y ésta a su bola viendo un «bölüm» en el teléfono y sin oír lo que Ozan le estaba diciendo. Ingeniosa la escena. Nadie puede negar que el chico está pillado hasta las trancas por la abogada.

Pero... ¿por qué se recurre al tango? Porque Ezgi, en una de sus trolas a Serdar, le dice que es una buena bailarina de tango y, claro, en una fiesta latina, el tango ha de estar presente. ¿Qué pasa si Serdar la saca a bailar? Pues nada, ahí está nuestro Özgür, todo un bailarín de tango, reacio a enseñarla, a hacerle otro favor, con tal de «intentar» mantenerse alejado de la tentación. ¿Por qué ella se traga el orgullo y le pide ayuda? ¿Porqué aunque aún le «escuece» lo que creyó que pasó la noche antes en el apartamento de Özgür? ¡Sólo ella lo sabe! El caso es que después de varios intentos fallidos, casi lo tiene y ahí es donde nuestro chico esconde el rabo entre las piernas y se «ofrece». Porque este vecino, obviamente, no es que esté dispuesto es que está deseando practicar el tango con ella.

El tango. Un baile de sentimientos, de expresión de dolor, de celos y sobre todo de pasión contenida. Una de las mejores definiciones de lo que es el tango la escuché de labios de mi paisano Antonio Banderas mientras se rodaba la película Déjate llevar, lo que me lleva a señalar aquí... algo que una amiga mía, Montse, dijo en uno de mis grupos de WhatsApp y que os cito textualmente:

«¿Todas os habéis centrado sólo en tango de la fiesta?  Yo lo he visto como un conjunto.  Sus actitudes desde el gimnasio que están distanciados, cuando Ezgi se entera de que sabe bailarlo, le pide ayuda, él se niega, Ezgi se busca la vida, se hace la "pobrecita", él le pilla el juego, cuando ella tiene una opción él le dice que era broma y que la ayudará.  Todo eso es casi un tango en sí.  Los ensayos, los dos solos en la terraza durante días,  Özgür "rendido" a verla bailar con Serdar y cuando él (Serdar) no va a aparecer, él (Özgür) toma sus sitio y bailan juntos.

Salvando las diferencias me recuerda a "Dirty Dancing" cuando ensayan para la actuación y se va creando la atmosfera entre ellos.

Aquí hay que mirar el conjunto, es mi opinión, no el detalle.»

Creo que este análisis es lo más acertado sobre lo que ocurre en esa parte del episodio y si a ello le añadimos la descripción que el propio Özgür hace sobre el baile en sí... ¡apaga y vámonos!

-Pues sí que tu amiga me tomó la medida, sí.

-Mi amiga es muy buena analista, querido. Deberías de conocerla. Tiene, además, bastante buen sexto sentido y sus teorías siempre son bastante acertadas, 😉

-Tendré que conocerla. Quiero saber qué opina de mi relación con Ezgi.

-Bueno, eso ya te lo digo yo por ella: Cariño, estás metido en arenas movedizas hasta el cuello, sólo te dejo la cabeza fuera para que puedas seguir respirando mientras busco algo con lo que rescatarte antes de que termine de tragarte, 😂😂😂

Y lo de las arenas movedizas es literalmente cierto. Anda que se lo piensa dos veces para defenderla. Llega el gran «momentazo», la escena donde ni corto ni perezoso arrea el directo a la mandíbula del ex-novio. Todas fuimos en ese instante el puño de Özgür. Todas, sin excepción nos convertimos en ese derechazo que tumbó al imbécil y le dejó k.o. besando asfalto.

Por cierto, algunos apuntes al respecto. 

1.- Se supone que lo que debe bailar es un tango y, sin embargo, Ezgi, en su intento de autoaprendizaje con la tablet en la terraza escucha y ve un vídeo que nada tiene que ver con el tango.

2.- Las posturas de Can bailando el tango me recuerdan y mucho a las de Chayanne. ¿Vistéis la película que protagoniza junto a Vanessa L. Williams, Baila conmigo? Si no lo habéis hecho, hacedlo y decidme si no es un calco.

3.- Cada vez Can me recuerda más a Brad Pitt en la serie de películas de «Ocean's». A la que te descuidas... aparece comiendo. Sabiendo que en esta serie todo tiene un significado oculto... ¿podría ser el homenaje que quiere realizarle a uno de sus favoritos de Hollywood y al que siempre nombra con gran respeto y admiración? Yo ahí os dejo la reflexión.
4.- El estilismo de Gizem a lo Estrellita Castro con tantos caracoles... ¡os juro que me mató! La pobre me cae como una patada en el hígado, pero de ahí a desmerecerla va un abismo. La chica es mona y la desgraciaron con ese peinado tan andaluz de los años '30-'40 del siglo xx.

Y hasta aquí mis impresiones de hoy. Cómo veréis vuelvo a dejarme bastantes cosas en el tintero y me sigue faltando en esta serie lo que me falta porque, en ningún momento de la misma y donde los dos protagonistas comparten escena, siento que esté completa. Que lo siento, en serio, que ya me gustaría a mí sentir lo que se supone se ha de sentir, pero es que no lo hago.

Pues ya está, me despido hasta la próxima en esta ocasión dando mi enhorabuena al compositor y elector de la música, Cem Öget y a los del montaje de los varios días de ensayo en la terraza porque supieron crear el ambiente adecuado de la mejor manera visual posible haciendo que los cambios de vestuario quedaran hasta elegantes y pese a que en lo único en lo que podía pensar era en que Can estaba descalzo, Özge llevaba taconazos y temía en cualquier momento un doloroso pisotón a mi chico.

Besos a todas, muy especialmente a mi compañera de los viernes, Tamara (ya sabes por qué), y hasta la próxima. En el episodio 8 descubriremos el por qué Özgür anuncia a bombo y platillo que él es más que un jefe para Ezgi. Ahí lo dejo.

Baile del Diablo*: Pisco Demonio de los Andes Albilla, fruta de dragón, guanábana, lima, vainilla y hielo