Bay Yanlış - Bölüm 6

Buenos días, chicas. 

Sí, ya sé voy con un buen retraso con esta reseña, pero es que los tiempos mandan y las horas no se estiran. Pido perdón por el retraso y os entrego billete para el recorrido por el episodio número 6 de esta serie producida por Gold, emitida por FOX Turquía e interpretada por Can Yaman y Özge Gürel.

¿Preparadas para hacer una primera visita en La Gabbia? Özgür nos espera con un nuevo cóctel de ésos que te tumban al primer sorbito.

-¿Qué nos has preparado hoy, Özgür?
-Hoy un Florida*, Elf.
-Tiene el color de los labios de Ezgi, rosado. Y es dulce, refrescante y sabroso.
¡La leche! Ya ni se corta.

Nadie duda de que la serie creada por Aslı y Banu Zengin es la serie del verano. Amena, fresca, divertida y, ahora también... con cierto toque de drama. Sí, señoras, drama, porque no me vais a decir que no se aproxima un drama tal y como acabó el episodio 6 y lo que hemos podido ver en los avances que FOX ha emitido.

Pero vayamos al meollo de la cuestión. ¿Qué está pasando con esta pareja?

Pues, nada nuevo en el horizonte de las relaciones que siempre nos muestran los libros de romántica: el rompecorazones de turno, en este caso, Özgür, va a acabar con el corazón roto como la cosa tome los derroteros que van tomando. Y todo por su culpa, ojo.

-¿Por mi culpa? -diría él.

-Sí, por tu culpa, querido. ¿Si tanto te gusta Ezgi a qué vino... ?

-Shhh -diría poniéndome un dedo en los labios-. No adelantemos acontecimientos.

Sí, mejor no adelantarnos a nada que estos turcos luego no hacen lo que se supone que deberían hacer.

Está claro que Ezgi no tiene competencia alguna, tiene a Özgür totalmente entregado.

-Yo no diría eso.

-Ya, seguro. Tú nunca dices nada pero tus actitudes están claras. Y tus intenciones, también.

No sé qué os parecerá a vosotras, pero está más claro que el agua que Ezgi remueve algo dentro de este grandullón y no es precisamente sentimientos de protección, que también, son sentimientos nuevos para él. 

Estoy de acuerdo con algunas de mis chicas de Twitter. No creo que Özgür arrastre ningún trauma por relaciones pasadas, él simplemente es rebelde porque así lo ha querido. Es un hombre que ha decidido no tener lazos afectivos con ninguna mujer, no es que las utilice, no es su estilo. La que sale con él sabe que es flor de un día, nada más. La que busca algo más o se cree que puede haber algo más... cree en quimeras. Por ello es tan ingenioso el personaje de Ezgi. Ella es, desde que lo conoce, una mujer decidida que piensa que con él no tiene nada que hacer pese a que en un rinconcito de su corazón tiene la esperanza de poder ser algo más que una amiga. Tiene los pies puestos en la tierra, sí, desde el primer momento, pero su padrastro creo que ha terminado de confundirla o bien es que necesitaba ese resquicio de esperanzas para ver en Özgür lo que necesita ver.

No obstante, no es que ella vea visiones. Si las ve ella... es que las vemos todas, porque está claro, clarinete, que nuestro chico la ronea y la cela. Y la cela bastante sutilmente salvo el que esté aliquindoi, ja, ja, ja.

Me encanta Can como actor. Lo he dicho mil y una vez y lo seguiré diciendo. Es genuino y muy pocas veces te encentras eso en un actor. Muchos se parapetan tras el personaje, lo que él hace es mucho más difícil, él se muestra a través del personaje. Özge es buena actriz, eso no lo ponemos nadie en duda. Como cómica ha sido un gran descubrimiento, en drama es muy buena, pero no hace lo que Can. Vengo observando a ambos desde que a uno lo descubrí en «Erkenci Kuş» y a la otra en «Dolunay» y, os puedo asegurar que son dos tipos de actores totalmente diferentes y eso no es nada malo en absoluto. Pero Can, aparte de camaleón es serpiente. Me explico. Un camaleón se mimetiza con el entorno hasta el punto de que puede cambiar el color de su piel, la serpiente no sólo es capaz de mantenerse agazapada e invisible sino que, cada cierto tiempo, la muda y sale de la anterior más brillante y resbaladiza. Y si a eso le añadimos el efecto ave fénix... ¡tenemos a un tipo de actor de los que se consideran rara avis!

Pero continuemos con la serie. Que ésta no es sólo la pareja principal. Hay muchos personajes secundarios a los que prestar atención y parece que siempre nos olvidamos de ellos.

La pareja formada por Deniz y Ozan. Realmente vamos a empezar a «shippear» a estos dos. En serio, menuda bomba de relojería están hechos. Deniz lo oculta pero está coladita por Ozan pese a que no lo quiera reconocer.

-¡No me digas! Entonces... ¿he de dejar de seguir los consejos de Özgür? -preguntaría Ozan.

-Nooo. ¡No, por Dios! ¡Sigue con ellos, están dando resultados! En dos episodios más la tienes babeando y besando el suelo que pisas.

-¡En sus sueños, querida! -diría Deniz.

-No, cariño, ¡en los tuyos!

Lo que yo os diga. La diversión está asegurada con estos dos.

Pero sigamos con Cansu. A lo tonto, a lo tonto (y siguiendo de manera indirecta los consejos de nuestro Hitch particular), va a terminar haciendo que Levent se vuelva majara. Los subterfugios que está usando en contra de este estirado médico están dando resultados, ya lo tiene con la mosca detrás de la oreja y el pobre va a terminar pidiendo perdón de rodillas para que vuelva a él. Sí, sí. He dicho lo que he dicho. Porque no sé por qué me da a mí en la nariz de que aquí Emre, alias Pablo (no sé por qué hay ese cambio de nombres, si alguna tiene explicación lógica, que me lo deje en comentarios, por favor, estoy toda intrigada en saber por qué algunas veces le llaman ¡Pablo! ¿Un guiño al fandom hispono de la serie? ¿Es porque tiene origen hispano? Cualquier teoría es bienvenida), va a tener mucho que decir. Le hace ojitos a nuestra Cansu. Lo que me lleva a una de las escenas más divertidas del episodio de hoy: el miedo que le tiene a su «suegro» que no es otro que el jefe del buffet de abogados en el que trabaja Deniz. El momento perfume de su chica es graciosísimo en esa barra de La Gabbia.

Y, hablando de perfumes, ¿qué le pasa a los turcos con el perfume? Porque me da que no es cosa ni de Can, ni de Özgür, ni de Emre (Pablo). Debe de ser algo generalizado. En ese ascensor un poco más y Özgür poco menos que se come el pelo de Ezgi. Y en ese momento que se supone que es hot, hot... yo no sentí nada. Creo que empiezo a tener un problema. Porque no es que fuera sólo en ese momento es que en el momento cocina con chocolate (o bizcocho, desde el móvil no lo aprecio bien), como que tampoco. Y eso que esa escena me recuerda muchísimo a algo, ¿te lo recuerda a ti, Noemí? 😏

En fin, lo dicho, debo de tener un problema bien gordo porque al resto del personal les parece lo más erótico que pueden mostrar en un «dizi» turco y a mí me dejan igual. Intento encontrar ese fuego que se supone que crea en el telespectador, pero nada, no hay manera. Esa reacción no se provoca en mi cuerpo. Que lo repito: es mi reacción y sé que a alguna otra les pasa igual. Veo como mucha carne en el asador pero el horno no llega a la temperatura que ha de llegar.

Pero... sigamos. Ya nos vamos terminando el cóctel en la barra de La Gabbia porque, por hoy, yo ya no doy más de mí, lo siento, sé que me dejo muchas cosas en el tintero pero son teorías que me voy formando y que quiero tener más perfiladas antes de hablar de ellas.

Hablaré ahora del sueño de uno y de la ensoñación de la otra. Está claro que es como un partido en el que se va ganando 7-0. Está todo visto para sentencia. No es habitual en un tío (o al menos eso tengo entendido) soñar con momentos tan sensuales, los tíos (la gran mayoría) van siempre al grano, poquísimas veces dan tantos rodeos para terminar comiéndole la boca a una chica. Por el camino habrá muchos altibajos pero... que un tío como Özgür sueñe lo que soñó con Ezgi... ¡me vais a perdonar, pero si no está hasta el tuétano que baje Dios y lo diga!

-¿Hasta el tuétano? ¿Qué es eso? -preguntaría Özgür.

-Hasta las entrañas, querido -le respondería yo.

-¡Ah, es por eso que me subía por las paredes sólo de pensar que salía con Serdar?

-Exactamente por eso, niño.

-Tendré que meditarlo.

-Medita todo lo que quieras, amigo mío -diría Ozan interrumpiendo nuestra conversación y golpeándolo en la espalda-. Medita lo que quieras y puedes hacerlo mirando al horizonte desde esa magnífica terraza que tienes.

-Me caes bien, Ozan. Si Deniz no te hace caso, búscame. Me quedo contigo, chavalote.

-Gracias, preciosa.

(Creo que lo de preciosa lo dice porque le caigo bien, no porque sea guapa, ja, ja, ja.)

Bueno, pues aquí os dejo mis impresiones de este «bölüm». La serie me encanta y estoy deseando ver el episodio del viernes. Mejor nos agarramos que vienen curvas con ese tango en La Gabbia y ese puñetazo que a saber el contexto en el que se produce pero que, sea como sea, demuestra hasta qué punto Özgür está pillado por Ezgi.

Aslı, obra tu magia y no la pifies con enredos innecesarios que se masca la tragedia con Serdar y la la periodista listorra que es su hermana. Y en la ecuación de #OzDen también me sobra la incógnita de «Polen». Por cierto, Parlaque, ¡GRACIAS! Gracias por ese nuevo vestuario que parece que le vas a ir poniendo a Özgür. Si desastrado está guapo... vestido con camisa o enfundado en un traje de novio está «rompedor».

Pues hasta aquí por hoy. Sé que algunas me vais a criticar por no ver la química que muchas veis pero no se puede forzar a nadie a reacciones que su cuerpo no provoca. Y lo siento, lo siento de veras que no ocurra así pero veo más una pareja de amigos que una pareja de enamorados y mirad que lo hacen bien los condenados. Esas caídas de ojos de Özge, esas miradas profundas de Can... se suponen que deben de quitar el aliento, ¿verdad? 

Nos vemos en unos días, Dm, con el análisis del episodio 7. Deseando verlo el viernes. Adoro a este actor, lo adoro de verdad. No por lo buen actor que es (que también) sino por la valiosísima calidad humana que tiene. Lo admiro y lo respeto porque sabe levantarse con la cabeza alta cuando intentan tumbarlo y porque nos ha dado a todos una lección de pundonor y saber estar.

Nota*: Florida; 2 cl. zumo de piña y uva, refresco de naranja, 2 cl. granadina Rives y 1 lima o limón exprimido