Sen Çal Kapımı - Bölüm 9

Buenas noches, peña. 

¿Preparadas para la montaña rusa de hoy? Porque, vamos, no me vais a decir que este episodio no ha sido una de ésas. ¡La madre del cordero puñetero! ¡La madre que parió a Serkan (con todo el respeto que doña Aydan se merece)!

Lo hubiera ahogado.

-¿A quién a mí? 

-Sí, a ti, capullo. ¿Cómo leches se te ocurre? Te mereciste esa devolución de anillo. Lo que Eda no se merecía bajo ningún concepto fueron las palabras que le dijiste con tanto desdén.

-Bueno, sí, me disculpo por ello.

-Se disculpa. El caballero... ¡se disculpa!

-Bueno, lo cierto es que no sé muy bien como pedir perdón. Nunca antes he tenido que hacerlo.

-Eso nos ha quedado a todas claro. Cristalino.

Lo de que el chico no sabe disculparse no es sólo porque él lo diga, es que es una verdad como un templo. Pero... hagamos de abogado del diablo. Quienes me conocen saben que me gusta mucho jugar a este papel. Siempre buscando la quinta pata del gato, así soy yo. Calcémonos por un momento los zapatos del señor Bolat, ¿qué sentimos realmente? Un lío colosal. Pero un lío de los gordos, de los de toma pan y moja que esto va para largo. Jamás se esperó que una mujer como Eda asaltara su vida. Sí, he dicho, lo que he dicho. Eda ha tomado por asalto el corazón de Serkan y lo ha hecho escalando muralla, no atravesando el puente que alguien tuvo a bien bajar para que entrara en la fortaleza. Vaya tela. Se encontró de la noche a la mañana atado a una chica de la que desconocía todo (al principio hasta su nombre) y, sin embargo, en el momento en el que la pierde... ya ni respirar puede. Todo le recuerda a ella. En todo momento está ella en su pensamiento. Tanto es así que es incapaz dejar de pasar la oportunidad de comprarle un vestido pensando en los gustos de la chica. Esa conversación con Engin en la calle, ante el escaparate... ¡ufff! Me inflamó los sentidos en demasía. Inundó mi sensible corazón de gozo y alborozo. Sí, ya lo sé, soy facilona. Pero atended a la jugada del maestro Serkan. ¿Qué le compró? No un diamante, no. No un coche, tampoco, hija. Nada caro, nada sofisticado. Un vestido en una tienda que si bien no era de las de barrio tampoco parecía presentar el aspecto de una boutique de lujo. Un sencillo vestido para una chica sencilla. Pero algo adquirido con el corazón y pensando en los gustos de ella. Lo que nos lleva al regalo final, pero de ése ya hablaré más tarde.

Sigamos analizando al señor Bolat. Siguiente jugada. Magistral donde las haya, os lo digo yo. Estamos de acuerdo en que no fue idea suya. El peón en forma de esposas lo movió Seyfi al meter éstas en la bolsa del vestido. Presente que él pensaba que era para Selin y que yo no sé si cuando abrió la bolsa realmente vio lo que había dentro o metió las esposas en la bolsa sin ser consciente realmente de lo que había dentro. Creo que fue lo primero porque de haber visto lo que contenía, el vestido rojo de flores, habría sumado dos y dos y el resultado le hubiera dado uno, 😂😂😂

Este Seyfi me encanta. Me gusta de verdad. Es un amor. En el primer episodio no sabía dónde ubicarle, pero desde muy temprano se veía de qué pie cojeaba. Y cojeaba (y mucho) en favor de Eda. Adora a la chica, es que se le nota a la legua. Y la quiere para Serkan, que no nos quepa la menor duda.

Pero... ¿y Eda? ¿Qué está pasando con ella? Eda está muy dolida por la desconfianza de Serkan. Ella está enamorándose de él a marcha exprés (bueno, la realidad es que está más pillada que una cerradura atrancada) y no entiende cómo él puede desconfiar de ella. Empezaba a ver que él se abría a ella, empezaba a sentirse apreciada por él y de pronto... Pues eso, que el palo que se llevó fue de órdago a la grande.

Pero romperemos lanza en pos del caballero. Serkan se traga el orgullo y va en su busca. Sabe que la ha cagado a lo grande y no sabe cómo hacer para volver a tenerla (aunque sea de manera mínima) en su vida. Y es por ello que va a jugar la carta que se guarda bajo la manga: Melo. Melo y su tierno corazón arrepentido que no sabe cómo ayudar para que las aguas vuelvan a su cauce. La mínima información que le sopla a Serkan para él valió el peso de la chica en oro. Estoy totalmente segura que aprecia a Melo y lo que puso una sonrisa en los labios de quien esto escribe fue cuando le dijo: «Sé que me quieres». ¡Ay, por favor! ¡Me derretí! Y de mi paso al estado líquido pasé al gaseoso cuando Serkan encuentra a Eda y tras unas palabras duras de ella recurre a la mejor táctica de todas: devolverle el momento esposas. Me evaporé. Por unos instantes me convertí en humo y me costó volver al estado líquido anterior (ya ni cuento como volví al sólido), creo que cuando me quedé congelada con ese final. Pero ya llegaremos a eso.

Todos los mejores momentos de este episodio han sido precedidos por gritos y peleas. Os juro que son mis favoritos porque después de toda tormenta siempre llega la calma, pero, durante el estallido de la misma... surgen ciertos fuegos artificiales que a mí me hacen explosionar el cerebro. El momento «Jarrón estrellado» fue espectacular por parte de nuestra Eda, sí, pero mientras la atención estaba puesta en ella, en su estallido de cólera muchas pudieron perderse la sonrisa socarrona de él. Fue impresionante. Menuda cachaza la del colega. Tan interesante como el momento silbido en el coche mientras la lleva secuestrada a su cabaña en las montañas. 

La verdad es que el episodio no ha tenido desperdicio. Si una escena es buena, la siguiente es mejor. No me ha sobrado ninguna, he sentido estar ante un episodio elíptico. Las notas de humor no han faltado. Sonrisas socarronas de Serkan y venganza poética por parte de Eda. El momento spray de pimienta fue la leche. Mi favorita, no obstante, ha sido el «despertar de Eda». Qué pedazo de escena. Ella dormida de una manera extraña porque estaba despierta pero inconsciente cuando coge esa llamada de Fifi. Y lo mejor de todo fue cuando le pasa el teléfono a Serkan como diciendo «habla tú con ella». 😂😂😂

-En mi vida he pasado tanta vergüenza.

-En mi vida he disfrutado tanto con una pillada como la vuestra.

-¿Ni siquiera con la de tus «niños» por Murat?

-Ni siquiera con ésa.

-Pues me alegro de ser su humilde bufón, señora.

Venga, va. No me digáis que no disfrutasteis también con ese momentazo que nos regaló su guionista porque no me lo creo. Precedido, eso sí, por un momento «paranoia Bolat». Este chico es la leche. Ella le pide que duerma dándole la espalda y él diciendo que no puede dormir del costado izquierdo porque se le oprime el corazón,  😂😂😂 

¿Y antes de todo eso con la escena bajo la lluvia? ¡Dios! ¡Fue un puro acto incendiario! Pero os digo una cosa, un beso ahí no hubiera pegado ni con cola. Quedó mucho más brillante por lo que no nos dieron que por lo que nos pudieran haber dado. Esa tensión, esas miradas cruzadas... el beso hubiera roto de un plumazo el efecto. Siento si en eso no estáis de acuerdo conmigo.

Pero aparquemos por un momento a nuestros protagonistas y vamos con una pareja (o dos) secundaria. Hablemos de Selin y Ferit. Ferit ha cambiado su actitud hacia Eda y todas podemos saber por qué. Él ama realmente a esta chica y sabe que es su segundo plato en la mesa, Serkan siempre será para ella el primero, pero... para ser el primero, bien que lo picotea y lo echa a un lado. Curiosa la actitud de la chica. No me cae bien, Dios bien lo sabe, pero empiezo a sentir que Serkan es para ella como ese dulce que siempre se ha comido a medias y que justo cuando le dicen que es diabética es cuando más se le apetece. No sé si captáis mi símil. Desde luego Ferit me está sorprendiendo. ¡Y yo que lo creía un caballo de Troya! Espero que sepa disculparme. Como decía... Ferit me está sorprendiendo, la táctica que está empleando con Selin está resultando al ciento por ciento y algo me dice que va a ganarle esta partida a Serkan. Y no porque Serkan la haya abandonado hace tiempo (que también) sino porque su estrategia de movimientos certeros y precisos están dando mejores resultados de los que incluso él se esperaba. Incluso Serkan va a empezar a apreciarle. Creo que ese momento billar compartido entre Serkan, Engin, Alptekin y Ferit fue un punto de arranque. Ahí Ayşe volvió a jugar con el desdoblamiento de escenas. Al igual que ya lo hizo en el episodio anterior en éste vuelve a hacerlo por grupos de 4. ¡Bravo por ella!

Sigamos con otra. De pareja... casi se está convirtiendo en un trío peligroso. Ya lo dije hace algunas reseñas atrás, Ceren se está metiendo en un juego peligroso, Engin está más liado que la pierna de un fariseo y Piril se encuentra totalmente desubicada. Vaya tela. Lo mejor de esa cena para dos que preparó Ceren fue que, al final, la disfrutaron las dos chicas porque el cobarde de Engin huyó con el rabo entre las piernas y se refugió en casa de Serkan. La conversación que ambos mantienen es que no tiene desperdicio. Unilateralidad total. Serkan ni siquiera estaba en ella, al igual que un robot... colocó el piloto automático y soltaba frases cortas que ni siquiera pasaban el filtro de su ocupado cerebro. Y estaba ocupado, ya lo creo que sí. Ocupado en encontrar palabras de disculpas para Eda.

Desde luego las pidió. Casi al final, sí, pero lo hizo. Y lo hizo sin palabras rebuscadas. Una nota simple pero directa, las mejores. ¿No creéis? Pero... detengámonos un momento y analicemos donde iba la nota. Y analicemos la escena en conjunto. La tía de Eda, inconmensurable. Él divino. El que tiene alergia al polen, el que no le gusta ensuciar sus manos... ¿qué hizo? Arreglar un terrario para su chica. ¡Y qué terrario! Dejemos a un lado las mini plantas usadas y fijémonos en los objetos que la decoraban. Una pareja que, en cierto modo se están dando la espalda, pero a la vez es ese su punto de unión. Cuenta la leyenda que, al principio éramos un solo individuo y que un dios, Zeus, envidioso de esa perfección, nos separó con uno de sus rayos partiéndonos en dos precisamente por la espalda; desde entonces, los humanos, estamos condenados a buscar nuestra otra mitad. Eso vi yo representado en esa figurilla. La perfección de la pareja humana. Pero hay más. Hay otro elemento que también pone Serkan ahí. No sé si consciente o inconscientemente pero ahí está igualmente. La farola. Una farola que, al menos a mí, me da el significado de la luz que ilumina los sentimientos relacionados con el amor. Sentimientos que muchas veces pueden estar ocultos y no se ven, pero que esa luz los pone en primer plano y a la vista de todos.

Voy cerrando ya y lo haré con la escena más enternecedora que dos personajes tan cuadriculados nos podrían haber regalado. Serkan y Aydan. Una conversación hermosa donde las haya y que daría para una cátedra si la desmenuzamos. De toda ella (sin desperdicio alguno ya lo podéis firmar con sangre) me quedo con la frase que suelta la madre de Serkan: «Cuando probé con ella... entonces... me las arreglé. Hay algo tranquilo en ella, algo que es bueno para la persona a la que se acerca, pero, por otro lado, te enoja. No puedo explicarlo».

-Yo la entiendo. La entiendo perfectamente.
-Sí, tú la entiendes porque a ti te está pasando lo mismo. Ella te saca de tus casillas, saca a flote lo peor de ti y, a la vez, florece también lo mejor que llevas dentro. Eda es de esas personas que hacen mejor al que tiene al lado.

Serkan se ha quedado callado después de esto. Se ha quedado reflexionando. Y le daré más para reflexionar. Es lo último que ya voy a analizar por hoy. Una chica en Twitter, Varafsh, dijo esto... 

«A Serkan le entristeció cuando Eda le dice que no necesitaba llevarla a casa porque entendió lo poco que a Eda le apetece estar con él.» 

Yo no pude evitar responderle: 

«Eda está herida. Cuando algunos animales se sienten heridos, se meten en sus conchas y se protegen mientras lamen sus heridas. Otros son todo lo contrario. Otros atacan a ciegas  pocas veces son conscientes de que infligen más dolor del que han recibido.» 

Lo que me lleva de nuevo a analizar lo que Serkan dice y hace en un intento burdo de pedir perdón. No sabe expresar ese tipo de disculpas. De la única manera que puede hacerlo es dando algo de sí que sí es importante para él, lo que más después de su amor por muy pocos: el trabajo. Es un hombre hecho por y para el trabajo, para brillar en él y la única cosa que se le ocurre para compensarla es ofrecerle lo que para él bien podría representar su luna particular: un proyecto. El mismo proyecto por el que ella se deslomó y que le quitó Kaan. Desacertado, estamos de acuerdo, pero para el perfil que  tenemos delante, está bien lejos de ser un insulto pese a que ella lo toma poco menos que como tal. Para Eda fue mucho más efectiva la nota con un simple «Niña hada, ¿puedes perdonarme?».

Bueno, pues hasta aquí por hoy. Espero no haberos aburrido mucho, casi he re-escrito La Santa Biblia. ¿Nos vemos la semana que viene en el mismo sitio y más o menos a la misma hora y día? Un beso a todas, 😘