Sen Çal Kapımı - Bölüm 5

¡Por favor, por favor, que traigan un extintor!

Buenas tardes, chicas, ¿qué tal ese verano? ¿Cómo lleváis el hecho de que la pantalla eche fuego literalmente cuando comienza la «intro» de cualquiera de las dos series que FOX nos ha regalado este verano tan atípico como estremecedor? Pues, por mi parte diré que ambas me sirven de evasión. Con una vuelvo a creer en los cuentos de hadas gracias a Ayşe y con la otra me he reconciliado con las comedias de enredos gracias a Aslı.

Pero vamos allá, vámonos de viaje a Antalya de la mano de Serkan y vivamos unos días de ensueño con Eda. ¿Preparadas para bajar ya del avión y entrar en el microbús? ¡Dentro «bölüm» 5!

¿Os acordáis dónde nos dejaron en el anterior? ¡Acerté! Dije que lo harían pasar como un acuerdo pre-matrimonial y más o menos eso fue lo que ha hecho Ayşe, 😃 así que no puedo estar más feliz que cuando acertaba con mis fic-teorías.

Odio al personaje de Selin, lo tengo atragantado, no puedo con él. De todos es el que peor me cae, de hecho... es que me cae mejor hasta Kaan. Que de éste ya hablaré más adelante porque me da que mi amiga Noemí va a tener razón y va a caer con todo el equipo porque hay momentos que comparte con Melo en el que le veo ciertas actitudes que nada tienen que ver con lo que se trae entre manos. Me da a mí que a Kaan realmente le está empezando a gustar Melek. Esa chica es toda dulzura, es transparente, soñadora (tal y como se veía reflejado en su hevilla del pelo «Dreamer») y me da que es de esas personas que son capaces de hacer cambiar al que está a su lado haciéndole mejor persona.

-Querida, me da que estáis tomándole bien la medida a mi chica.

-Por supuesto, querida Eda. Y estamos ojo avizor con ella y con Kaan. A ver qué tiene Ayşe preparado para ellos.

Pero dejemos a estos dos chicos en paz y vamos contigo y con Serkan. ¿Qué leches pasa aquí? Cada vez Serkan es menos robot y más perrito faldero.

-¿Yo? ¿Un perrito faldero? ¿De quién, de ella?

-Serkan, por favor. Quiero oír lo que Elf tiene que decir a este respecto.

-Ufff, ufff, ufff. Elf tiene mucho que decir a este respecto. Nena, le tienes besando el suelo que pisas y ninguno de vosotros dos sois conscientes de ello. Sólo hay que observaros.

-Creo que has leído demasiada romántica en tus xx años de edad.

-Según decía Lina, taitantos año arriba, año abajo, ja, ja, ja.

No puedo con Serkan, en serio. Vaya tío serio y a la par tan «pillado». He comprado algo para él. Se lo daré al final de esta entrevista. Espero que no me lo ponga de sombrero.

-Impaciente estoy por saber qué es. Me da que a Serkan le encantan las sorpresas.

-Le gustan tan poco como a ti que él te toque. ¿No era una condición de ese contrato el mantener las manos fuera? No veo que se las hagas cumplir, querida.

(Y... ¡ahí está! El rubor de Eda hasta la raíz del pelo)

Bueno, no podéis verlo pero a Serkan le ha aparecido una de sus «sonrisas». Esa que intenta ocultar apretando los dientes pero que asoma a sus labios de manera tan interesante.

Ay, Serkan, Serkan, que se te ve demasiado el plumero con Eda.

Hacía muchos meses que una pareja televisiva no me intrigaba tanto como #CanDem. Os lo digo en serio. Siempre he flipado y «shippeado» mucho a Amelia y a Julián en «El Ministerio del Tiempo», antes de a ellos... lo hice con Lucas y Sara en «Los Hombres de Paco» y ahora lo hago con estos dos. Pero, vamos, que lo de los primeros es un caso aparte, aviso.

Vuelvo con estos dos que de nuevo divago que da gusto. 

Pero... ¿os habéis parado a analizar tooodas y cada una de las escenas que estos dos comparten? El viernes, como cada viernes, quedé con mi amiga Tamara para «shippear» un poco series y libros. Lo que me pude reír con ella cuando va y toda seria me dice: «Tíaaa, ¿pero te has fijado que hasta pausa el café que se está tomando para centrar toda su atención en ella? Si eso es parte del guion... (se come un sombrero, lo aseguro)». Efectivamente. Mi amiga tenía razón. Llegué a casa y me puse el episodio 4, escena de la piscina: tal cuál. Episodio 5, momento Pretty Woman con revisión de vestuario. ¡Ahí está de nuevo! Taza en el aire antes de llevársela a los labios. ¿Un movimiento totalmente involuntario? ¿Y qué me decís que con lo regio que es se deje poner unas gafas rosas y se deje hacer una foto? ¡Quiero esa foto! Serkan, niño, ¡ábrete un perfil en Instagram y sube este contenido que debes ya de tener los mil quinientos por lo menos!

-Ya tengo perfil de IG.

-No, no. Quiero decir que te abras un «perfil» de IG, ja, ja, ja.

-No creo que te entienda, Elf. No es para nada campechano. Es un elitista prepotente.

-¿Un elitista prepotente?

-Un clasista.

Un clasista no engaña a una pobre chica diciéndole que hay un patrocinador que estaría encantado de que ella luzca bien en el hotel y menos se deja «pillar» tan rápido. Ni tampoco se abre a una chica que le importa un pimiento de la manera que lo hizo al hablar de Sirius, su perro. Y ni mucho menos «ese» clasista se queda mirando la llegada de una chica humilde por muy vestida que vaya de seda si no está hasta las trancas de quien camina sobre sus tacones. 

-¡Pero qué tacones!

Y eso lo ha dicho el señor* Serkan. El mismo que viste y calza. El obseso del trabajo al que unas piernas bonitas y una cara preciosa le ha dado la vuelta como un calcetín. Enseguida iba el caballero a dejar de trabajar para acompañar a otra al mar. Con ella tarda 0, en hacerlo. Y lo hace con resignación exterior y alborozo interior, porque... no me digáis que Serkan es hombre al que se le pueda obligar a hacer algo que realmente no se muere por hacer. Ja, ja, ja.

¡Me encanta este personaje! Quizás es porque Ayşe ha sabido recrear en él a uno de mis perfiles masculinos más buscados. ¿No os da mucho morbo el tener entre manos un hombre como Serkan? Es el típico tío que va por la vida con anteojeras como la de los caballos.

-¿Me estás comparando con un equino de los de mi cuadra?

-Más o menos. Cállate, escucha y aprende cómo eres realmente.

-Falta le hace. No sabe cuán de sí puede dar en una relación y yo le voy a exprimir de tal modo que no le va a reconocer ni la madre que lo parió.

Bueno, bueno, bueno. Acaba de echarle una mirada que derretiría el pavimento.

Creo que Serkan es uno de «esos» hombres. Ya sabéis, uno de esos que han estado acostumbrados a ir por la vida solo pese a tener a su lado a la chica que le convenía. Sin mirar a su alrededor y con las miras fijas en sus objetivos comerciales. Pero... ¿qué le pasa? Que se encuentra en su camino con una chica fresca, divertida, con los pies en la tierra (pese a que tenga alguna parte de su cabeza en las nubes) y que es el tipo de mujer que le hace ver la vida con otros ojos. Además, si esa chica tiene los ojos del color de la miel de caña, las pestañas como abanicos, una sonrisa de caramelo y un cuerpo de infarto... el lote está completo.

¡Huy! ¿Acaba de radiografiarla mientras la describía? ¡Chicas, acaba de hacerlo!

-¡No he hecho tal cosa!

-Bueno, me has mirado las piernas.

-Vas demasiado expuesta. Esa falda deja poco a la imaginación.

¡Y eso son celos y el resto tonterías!

¿No son una pareja deliciosa? Lástima que esto no vaya a acabar a medio plazo bien. Me da que alguna cosa intentará Ayşe para separarlos un tiempo y lo que no sé es qué nos encontraremos en el reencuentro. Si en algo es especial Ayşe es en regresos explosivos que te dejan hecha polvo. Ver, veremos. Por cierto, esto lo he dicho en lenguaje de signos porque no quiero que éstos se enteren que su «enamoramiento» incipiente se puede convertir en una tragedia griega desde el punto de vista sentimental.

Pero no adelantemos acontecimientos y vayamos paso a paso a través de la historia que, episodio tras episodio, nos desentrama su guionista.

Vayamos al siguiente punto. Un punto interesantísimo desde el punto de vista de una pitonisa. ¿Recordáis como Ayşe recuperó ese «momento» tan especial de la cena con Fabri y Mina en el episodio 5 de EK? ¿Recordáis el momento lectura de El Fénix y el Albatros o cine del 40? ¿Cómo fue capaz de enlazar dos momentos tan lejanos en el tiempo? Pues algo así hemos visto en este episodio al trasladar lo que Eda y Serkan están viviendo en la actualidad con lo que Seville y Birol vivieron hace 25 años. Es tan fina su hilada que lo lleva hasta el punto de poner en boca de Eda lo que todas estábamos pensando en ese momento: «Ellos 25 años después». ¡Me encanta que haga esto! Y conste que el que lo dice es Serkan, el valor de la frase es aún mayor: «Ellos somos nosotros dentro de 25 años», osea... que lo da por sentado, 😅

Lo que me lleva a la «Noche de las Perseidas» ante el templo de Apolo. Otro paralelismo como el de Orión en «Erkenci Kuş». Esta guionista va a acabar conmigo, lo juro. Es increíble lo que es capaz de hacer con la pluma y su cerebro. Pocas veces he visto yo puntadas tan finas escondidas en el tejido y siendo éstas invisibles. Un diseñador de alta costura no sabría lograr un resultado tan espectacular. Si en la primera, Sanem narraba bajo las estrellas el mito de la diosa Artemisa, ahora es Eda la que narra uno de los mitos que rodean a Apolo que, curiosamente, si repasáis el panteón griego, veréis que Artemisa y Apolo eran... ¡hermanos! Y no unos hermanos cualquiera, no. Eran gemelos. La diosa de la Caza, el dios del Sol, la lógica y la razón. A saber qué hilo (espero que no el de Ariadna) nos tiende esta guionista con todo esto.

Y antes de eso va y nos regala un momentazo como el de esa terraza. Pedazo de conversación seguida de un acercamiento por parte de Eda donde demuestra la ternura que empieza a sentir hacia Serkan en forma de arropamiento con la manta. Una actitud a lo diosa protectora y que acaba fijando en la retina del espectador la sonrisa casi imperceptible pero no por ello menos genuina de Serkan.

-¿Me arropaste tú?

-¡No hice tal cosa!

-¡Sí que lo hiciste! ¿De veras sonreí cuando hizo eso?

Ya os digo si lo hizo.

Y esa escena que nos regalaron en las cascadas... ¡De ensueño! Paisaje idílico y más aún idílicas las sonrisas, los gestos y las caricias subrepticias que ambos se dedican con la mirada. Esas caídas de ojos de Eda son espectaculares y esas miradas abiertas y plenas de Serkan mientras suena Who do you love de Marc Lane, Nicholas Carte & Shelley Nelson... valen su peso en oro. 

Serkan va a terminar debiéndole a Eda mucho más que el éxito de varios de sus proyectos. Van dos y sigo contando. Primero convenciendo a Emril de la venta de los terrenos y ahora haciendo ver a Seville y Birol que se siguen amando como el primer día y que les lleva a firmar el acuerdo de los campos de golf. Eda es increíble, esa forma de enfrentar la vida sin pensar en el mañana y sí en disfrutar el presente es tan contraria a la forma de vida de Serkan que es por ello que Serkan se siente tan cómodo con ella pese a que le saque de sus casillas. 

Y es que... a las pruebas me remito de nuevo. El paseíllo en pijama de Eda a su espalda, con sus miradas de reojo de «me aburro como una ostra, necesito que me prestes atención» mientras él intenta trabajar pero que al final termina prestándole toda la atención que ella necesita. No creo que hiciera la mitad de lo que hace con Eda con Selin. Y eso es otro hecho indiscutible. Ni tampoco la sensualidad compartida pese a estar a varios metros de distancia mientras se están arreglando para la recepción con entrega de premio. Esa escena de ella mirándole a través del espejo mientras él se perfuma hizo subir la temperatura de los ordenadores y televisores, 🔥🔥🔥

Pero voy a saltar ahora a los padres de Serkan. Me da que entre ellos faltan conversaciones. Quiero entender que a Alptekim le gustaría pasar más tiempo con ella pero no se atreve a pedirlo y que Aydan vuelca toda su atención en Serkan porque, en cierto modo, se siente intimidada por su marido. No sé, llámenme loca, pero tengo la sensación de que a estos dos les falta algo más de «mambo». Bueno, ya me entendéis. Y... hablando de Alptekim, ¿no os recuerda en cierto modo a Aziz? Fijaos en cómo trató a Eda en el episodio del compromiso y cómo se comporta con Melo en éste. Hay algo intrínseco de uno en otro, ambos papeles interpretados por Ahmet Sommers pero que dudo yo que sea coincidencia.

Con respecto a Selin y Ferit. Selin ya he dicho que no me cae bien. Y Ferit ya os lo he dicho y me reafirmo: es un «Caballo de Troya» de Kaan. Si es voluntario o involuntario queda por ver, pero me da que es más de lo primero que de lo segundo. 

-El tiempo nos dará o quitará la razón, Serkan. Veo que ya le tienes más vigilado que un guardaespaldas a un protegido.

-No me gusta Ferit y no me fío de él ni un pelo. No me equivoqué con el abogaducho, no me equivoco con él. Lo siento en las tripas. Y éstas casi nunca me fallan.

Serkan lo sentirá en las tripas, yo le veo como otro Yiğit. Si Can no se equivocó con Yiğit creo que Serkan tampoco lo hace con Ferit. ¿Vosotras qué pensáis?

Voy terminando, lo prometo. Me queda hablar de Engin y Piril. Mmm. Se ve venir. Se masca en el ambiente. Piril y Engin se gustan aunque ninguno de los dos va a dar el paso de momento. No obstante, hay actitudes de Engin que se prestan a llegar a esa conclusión. Tras el partido de voley playa, cuando entran en el mar, ¿qué hace Engin? Cargarse a Piril al hombro y entrar así con ella en el agua. Estaremos ojo avizor también con éstos.

Y hasta aquí por hoy. Nos leemos tras el episodio 6 y en espera de que ese alzamiento de chica y pérdida en el mar de ambos no sea una especie de ensoñación porque... a ver, raro es un rato. Que yo encantada de que así ocurra, ojo, pero como que no me «casa» mucho con el devenir de los acontecimientos previos. De todos modos se vuelve a recurrir a Gold, una canción que va 100% con ellos y con la serie. Ese momento te agarro de la mano y te vienes conmigo también recuerda a algo y es brutal en ambos casos. Deja al espectador DE-RRE-TI-DO.

Nos vemos en una semana plus-minus, 😉