Título:
| Oscura obsesión | |
Título original:
| Dark obsession | |
Serie:
| Los Espiritus de Blackheath Moor (1) | |
Autor/a:
| Allison Chase | |
Valoración:
| * * * * * | |
La chica: | Nora | |
El chico: | Grayson | |
Editorial: | Esencia |
Sinopsis
Nora Thorngoode y Grayson Lowell se casaron por conveniencia: ella, para salvar su arruinada reputación, y él, para resolver su delicada situación financiera. Aunque a los dos les disgustó tener que pronunciar unos votos que los atarían de por vida, las llamas de la pasión prenden entre ambos desde el primer momento, y en seguida se ven envueltos en una sensual obsesión.
Sin embargo, Grayson se convierte de repente en un sombrío desconocido para Nora... un hombre atormentado por culpa de la misteriosa muerte de su hermano y enloquecido por una serie de espectros que le piden que revele la verdad.
¿Acaso es Grayson un asesino? ¿Conseguirán descubrir la verdad y liberar así a los fantasmas que tanto los perturban y que no los dejan vivir?
Opinión
—Sé bueno con ella. Y, escúchame, si alguna vez te pavoneas de tener una amante delante de ella o le pones la mano encima, eres hombre muerto.
¡Hala! Eso es un padre protector y lo demás son tonterías. Con esa frase me recordó al padre de otra jovencita en una película de tinte romántico-juvenil, Fuera de onda, que interpretaba Alicia Silverstone y cuyo padre en el film soltaba algo así: «Por si intentas algo con mi hija, recuerda que tengo una pistola y una pala». Vamos, algo así a... que como te descarriles, te pego un tiro y luego te entierro.
Lo dicho, a buen entendedor…
Lo cierto es que esta primera novela que llega a España de la autora Allison Chase me atrapó en ese momento. La novela en sí no es para tirar cohetes, es una trama ágil y entretenida que se deja leer y promete en sus inicios pero a cuyo desarrollo podría haberle sacado mucho más partido.
Con esto no quiero decir que la obra de Allison no me haya gustado. Tiene elementos que la hacen atractiva a los lectores y unos personajes secundarios que te hacen centrarte más en ellos que en lo que ocurre con los principales protagonistas. Al menos ésa fue mi sensación.
Los padres de ella son lo que deberían ser todos los padres, supongo. Son personas que viven por y para ella, que están pendiente de lo que a nivel afectivo una chica necesita. Por ello cuando la situación de la joven se ve comprometida, no dudan en hacer todo lo posible por preservarla del escarnio de la buena sociedad. La única esperanza y solución para ella es encontrarle un marido, un marido que necesite más una dote que una buena e inmaculada reputación. Cuando el padre le propone que se case con Grayson ella no puede sino aceptar la propuesta y unir su vida con un hombre para ella desconocido pero en el cual su padre confía que será un buen candidato para ella. Procede de buena familia, tiene un buen aspecto físico además, pero tiene en su contra la losa que pesa sobre su cabeza de estar señalado como el asesino de su hermano.
Cuando Grayson entra en escena… sabes que es el típico héroe de novela romántica que tiene además un aura de misterio y reserva como ya hemos encontrado a otros. Es un hombre amargado por las circunstancias y cuya pena, intuyes, es grande. Bajo su apariencia fría esconde un sentimiento de culpa que poco a poco le está consumiendo y le llena de desesperación. Pero, ¿es en realidad culpable de la desaparición de este mundo de Tom?
Pero entre tanta desesperación interna, en Gray se esconde un hombre protector con Nora y que no duda en arrear un buen mamporro a quien se tercie si con ello hace valer que el honor de su mujer está por encima de cualquier maledicencia. Ha perdido a su cuñada y a su hermano en un corto espacio de tiempo y ahora debe cuidar de un niño que no ha emitido una sola palabra desde que se encontró el cadáver de su padre, Thomas, el hermano de Grayson. Parémonos un momento en este chico, en Jonathan. Jonny para los íntimos.
Jonny lleva sin hablar años. Se ha encerrado en sí mismo y no ha emitido sonido alguno desde el fatídico acontecimiento.
Pues bien, la manera en que hasta las fechas han tratado al chiquillo no son las adecuadas, según Nora, nuestra protagonista. Nora se hace cargo del niño desde el mismo momento que pone sus pies en Blackheath, la propiedad familiar. A partir de entonces emplea con él terapias propias de los psicólogos de hoy, pero efectivas. Efectivas y afectivas. Vuelca todo el cariño propio de una madre en el chico, le ayuda a expresarse mediante el dibujo y la pintura y con ello, poco a poco, consigue que el pequeño vuelva a sonreír.
En cierto modo Gray está celoso de su propio sobrino. La reflexión a la que nos conduce su autora por mediación del pensamiento de su protagonista no deja lugar a dudas:
«Gray despeinó a Jonny y deseó poder hacer sonreír a Nora con tanta facilidad. Sintió algo parecido a la envidia por el lugar seguro que el pequeño tenía en el corazón de ella. Pero igual que él mismo, Jonny estaba atrapado en un pasado tan trágico, tan desolado, que hacía falta más que amor para liberarlo. Necesitaba la verdad.»
El amor entre estos dos, tal y como lo plantea la autora, es un poco tibio; no esperéis un amor apasionado y desgarrador como cabría esperar de un personaje torturado por el pasado. En este sentido, la autora es atípica.
Pero si hay un personaje en esta historia que al final me llevó al huerto como quien dice, éste fue Chad, el amigo abnegado. Un hombre que es capaz de anteponer la amistad por encima de sus intereses; un hombre que es capaz de mentir si con ello logra la tranquilidad espiritual de un niño al que quiere como a un sobrino. Un hombre que no duda en sacrificarse si con ello consigue preservar a sus amigos. Ha sido así siempre, ¿por qué iban a haber cambiado las cosas?
Como digo me ha encantado este personaje pese a que en un momento del desarrollo de la historia llegue a pensar que… Bueno, mejor me lo guardo, no quiero revelar secretos que no deben ser revelados a aquellos que no se han leído esta novela.
Debo de decir que la buena de la señora Allison Chase deja toda la carga emocional para el final y aquí haré otro mutis para no revelar nada que no debe ser revelado. Huelga decir que entre dos hermanos no hay barreras imposibles de superar, ni las del tiempo, ni las del espacio; ni siquiera las de las barreras que separan la vida de la muerte.
Pero me quedo con el final, me quedo con las hermosas palabras con las que su autora «despide» la novela y que me hacen esperar poder leer algún nuevo libro de ella.
—He vuelto a creer, Nora. En el hogar, en las posibilidades del amor… más que nada en ti y en el hombre que puedo ser gracias a ti. ¿Y sabes qué pienso hacer?[…]—Voy a cortejarte. De la manera adecuada, tal y como debería haberlo hecho desde el principio.
Con este pasaje, la autora me conquistó. ¿Te conquistaría a ti?
¡Ah, se me olvidaba! Un último apunte: en la noche de bodas, procurad estar lejos de la casa familiar... ¡por si las moscas!
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