
Bienvenidas, chicas, a este vuestro blog. ¿Preparadas para darnos un paseo de la mano de Eda y Serkan por «Sen Çal Kapımı»? Pues subid al tren de este viaje que comenzamos itinerario junto a ellos.
La semana pasada dejamos a los chicos casi con la palabra en la boca y ni siquiera nos pudo explicar Serkan una de las mejores escenas que pudimos ver en el «bölüm» 2, la escena del anillo. ¿Os fijasteis bien en ese anillo de compromiso? ¿En ese momento en el que Serkan la lleva a comprarlo? ¿Os distéis cuenta del detalle de ese diálogo? ¿No? ¡Pues repasemos esa escena!
Tenemos a Serkan riéndose en la cara de nuestra chica porque el anillo que ella compró y que quería que fuera diminuto porque para ella el compromiso ni existe (a todos los efectos realmente es así), a él le molestó. Y le molestó tanto que casi la trinca de la mano y se la lleva a comprar otro en una de las joyerías exclusivas que conoce y donde los Bolat tienen trato deferencial. Pues bien, ¿qué ocurrió? Pues que ella casi pasaba del tema.
—No me gusta presumir. Al menos podría ser algo que conecte con mi alma (o algo parecido, mi turco no es muy bueno).
Pero... ¿qué pasaba mientras ella decía esto?
—Que yo tenía el anillo con forma de flor ya en la mano. Porque fue verlo y pensar automáticamente en ella. Sabía que ése era el anillo, su anillo.
Y... aquí tenéis al hombre que ella denomina robot, queridas. ¿Qué pensáis, es Serkan Bolat un robot? Yo, por el contrario, pienso que es un hombre de esos contenidos a los que te apetece darles de vez en cuando un hostión, pero, lo cierto, es que poco a poco nos va metiendo a todas en su bolsillo y no digamos a Eda.
—¿Perdooona? ¿Que éste me va a meter a mí en su bolsillo? ¡En sus sueños! ¡En tus sueños, chaval! ¡En tus sueños!—Ya veremos quién mete en su bolsillo a quién. De momento, al que ha encandilado es a mi padre. Una simple conversación de dos minutos y pudo con el viejo carcamal.
La verdad es que, con estos dos, me tengo que reír. Tienen unas conversaciones bastante intensas. La guionista es un dechado de virtudes del negro sobre blanco y su pluma está hecha de un raro espécimen de Ave Fénix. A saber cómo va a ir resolviendo el entuerto en el que los ha metido.
Pero avancemos un poco más. Vayámonos a esa fiesta de compromiso «exprés» que nos han regalado. Un momento dulce, el momento de medio enterrar el hacha pese a que Eda andaba un tanto guerrera y Serkan apático. Bueno, apático no creo que sea la palabra adecuada porque (a las pruebas me remito) fue oír los comentarios mal intencionados de algunos de los invitados y mandó a Safye a por una de las joyas familiares, una de las que combinaba con ese vestido amarillo con el que Eda estaba preciosa y a él se le caía la baba.
—No nos pasemos, a mí no se me cae la baba con esta chica. Soy demasiado cuadriculado para ello.—¡Ya! Demasiado cuadriculado. Ya lo volveré yo elipse. Además, hay mucho que mostrar de él. Pese a que no pueda parecerlo... tiene un ramalazo de sensibilidad. No ha sido sólo el anillo, también fue su manera de convencerme de llevar ese topacio familiar.
—¡Un topacio! ¿En serio pensabas que te iba a poner al cuello un topacio? ¡Pobre ilusa! Elfled, era un diamante amarillo engastado en platino y rodeado de seis diamantes talla brillante. ¡Un topacio!
No podéis ver la cara de Eda pero os aseguro que es todo un poema. Ha abierto la boca y la mandíbula casi le ha llegado al suelo.
—Además, querida, sentí tu piel erizarse cuando te coloqué el collar al cuello.—Fue por la brisa que corría en aquel salidero al río.
—¿La misma brisa que agitó las cortinas en aquella habitación donde te subí la cremallera?—La misma.—Ya. Y supongo... que fue la margarita la que te indicó que te quedaras a mi lado.—No, fue tu cortesía al pedirme el beso. ¿Ve lo que tengo que aguantarle?—Quizás fue la forma en la que la cobijaste bajo tu chaqueta al relente de la noche. ¿Puede ser? La verdad es que tienes rasgos de ternura pese a que los intentas ocultar. Pero a nosotras no nos pasa desapercibido —le digo entre dientes a Serkan.
El pobre se intenta acomodar sobre la silla y mira de soslayo a una Eda que no para de golpear el césped del jardín de la casa de Serkan con el pie.
Está claro que, con estos dos, no avanzamos mucho. No le arriendo las ganancias a doña Ayşe, y mirad que la mujer va a poner toda la carne en el asador con ellos, de eso estoy segura, nos va a regalar un «dizi» de fantasía. Sobre todo porque ha rodeado de bastante misterio tanto a protagonistas como a algunos de los secundarios. Porque no me diréis que el personaje de Kaan no es un personaje atractivo para el tele-espectador. No lo digáis. Ese hombre, me da que va a hacer más de una.
Pero... ¡ah, amigo mío! Serkan te tiene calado y el tío es más largo que un día sin pan. Te tiene la medida tomada y te ha golpeado con astucia donde más te duele, ¿eh? Y mira que la que estás preparando con Melo... espero que te salga mal la jugada porque estás jugando (valga la redundancia) con los sentimientos de una chica que es todo corazón. La escogiste a ella como diana porque sabías que era la más fácil de enredar. Con Fifi no se te habría ocurrido, no eres lo suficiente valiente para jugártela con alguien que igual es más lista que tú y la abogada diseñadora de zapatos tampoco te valía, ¿eh? No, fuiste a por la que creíste el eslabón más débil de la cadena.
—Serkan, querido, vigílale y si la hace, que la pague, ¿entendido?—Tranquila, no creo que se me pase ninguna de sus jugadas. Cuando él va... yo ya he ido y he vuelto.
No cantes victoria, todo aquel que se cree invencible peca de presuntuoso y al amigo hay que tenerlo cerca pero al enemigo más aún. Y a éste no hay que darle ni agua.
Por cierto, ¿qué le ocurre a Selin? En serio, no puedo con esta mujer. Está comprometida con un buen chico, se ve a leguas que lo es, pero ella no hace sino pasarse todo el tiempo intrigando contra Eda, celando a Serkan y, de esa manera, lo que creo que va a conseguir es quedarse sin ninguno de los dos. A poco que a Ferit se le hinchen las narices... Pues eso, que compuesta y sin novio por dos veces y todo ello por jugar a un juego bastante peligroso.
Pero volvamos a Eda y Serkan. Sus escenas románticas son preciosas, de ésas que, si bien no son el resultado de un volcán en erupción, crean una buena fogatilla para quitar el frío. Hay chispa ahí, en esas miradas, en esos coqueteos silenciosos, en esas muestras que si bien no «parecen» de afecto, sí parecen de respeto. Porque Serkan respeta a Eda, por ello la mantiene a dos brazos de distancia, sabe que a poco que se deje llevar por lo que empieza a sentir, acabará en un buen lío del que no podrá salir pero al que ni siquiera se plantea entrar. Pero... ya lo dice el refrán, ¿verdad? «El hombre es fuego, la mujer estopa... Viene el diablo y... pues eso, ¡que sopla!». Y aquí, cuando sople, va a crear un auténtico torbellino a caballo entre un cierzo y un mistral. Fuerte, frío y seco, proveniente del norte pero capaz de convertirse en terral si se dan las condiciones adecuadas. Y cuidado con el terral. Quienes lo sufrimos cada año, sabemos de lo que hablamos. No se olvidan sus efectos de una año para otro, ja, ja, ja.
—No sé si sentirme halagado u ofendido.—Siéntete señalado, ja, ja, ja.
La semana pasada os pregunté cuál de las amigas de Eda os caía mejor, desde luego la palma se la llevó Melek. Lo cierto es que está haciendo un papel de ésos que se vuelven entrañables. Ese personaje es increíble. El momento que tuvo en el restaurante fue de lo más gracioso y divertido y el momento que comparte con Kaan de lo más «poético».
Pero, cambiemos el paso. Conforme vamos avanzando en los episodios menos sé qué nos tiene preparado la guionista para el personaje de Aydan, la madre de Serkan; es un personaje digamos «curioso». Es prepotente, esnob y que al principio cae mal. Pero es que la actriz que lo interpreta... ja, ja, ja. Os juro que es la leche. No me había fijado bien en las expresiones de su rostro, es muy expresiva y no puedo evitar reírme con ella pese a sus estados de cabreo y de diva divina. Ja, ja, ja. Es que parece que la estoy viendo poniendo ahora mismo uno de esos mohínes en sus labios y ocultando sus ojos tras unas gafas de sol.
—Mi madre es un caso serio.—¡Ah, ¿en serio?! Creía que en esta familia el único caso «serio» eras tú.
—¿Tienes algo que decirme?—Nooo.
He arrastrado mi silla medio metro hacia atrás. Serkan se acaba de levantar de la suya y ha cercado a Eda sobre la que estaba sentada. Los rostros están a un suspiro de distancia y el ambiente se puede, en estos momentos, cortar con un cuchillo de tan denso como se ha vuelto.
—¿Terminaste?—Ni siquiera he empezado. Eres mi empleada, has firmado un contrato y harás lo que se te ordene.
—¿Acaso estamos en el medievo?—No, estamos en el xxı, pero te recuerdo que tienes un contrato vinculante y no te voy a permitir que te pases ni una.
Eda le ha puesto las manos sobre los pectorales y lo ha empujado con decisión. Se ha levantado y lo ha enfrentado. Esta escena me recuerda a algo. ¿No lo hemos vivido hace unos días en la oficina de Serkan? ¡Menudo deja vú!
—¿Cuál es el problema? ¿Por qué eres tan grosero a veces conmigo?
Si ella no lo sabe... Yo solo puedo decir que el chico está hecho un lío, un tremendo lío afectivamente hablando porque se ha encontrado con la auténtica horma de su zapato.
—No te debo nada. Tú te habrás ido de mi vida en dos meses. Así que no te consideres tan importante.
Claro, claro. Lo dice el mismo tío que guardó las esposas de su primer encuentro y, pese a ser alérgico a las flores, va a recogerla al vivero cada mañana para ir juntos a trabajar. Ya. Buen intento, Bolat.
—Te repito, ¿cuál es tu problema? ¿Por qué eres tan rudo? ¿Por qué eres tan frío?—Porque siempre estás cerca y no me gusta. No me siento bien en esos momentos dentro de mi propia piel si tú estás cerca, ¿de acuerdo? ¿Es eso lo que quieres oír? Por ello te pido que no sobrepases los límites de este contrato.
—Creía que entre nosotros podría crearse algún vínculo de amistad.—Creíste mal.
Me da la impresión de que Serkan no sabe qué hacer con Eda realmente, está claro que le atrae, que hay algún tipo de conexión entre ellos, pero es tan cabeza dura que no va a dar su brazo a torcer tan fácilmente, ¿a quién demonios me recuerda?
—Sabes a quién te recuerdo —dice mirándome con los ojos entrecerrados.—Sí, lo sé, pero jamás me obligarás a decirlo —le contesto—. Yo no soy Eda.
—Cierto, no lo eres, a ti te puedo enviar a freír espárragos si me apetece. Total, la prensa ya escribe lo que le da la gana sobre quien tiene en su punto de mira, ¿no es cierto?
¿Acaba Eda de darle un tirón de la oreja? Acaba de hacerlo.
Serkan se ha vuelto hacia ella con cara de pocos amigos y ella ha avanzado un paso hasta que sus narices casi se han rozado. Serkan ha inspirado profundamente y... ¿eso que he escuchado es un rechinar de dientes? Lo es.
En fin, mejor me marcho de aquí antes de que esto pase a mayores. Los dejaré tranquilos hasta el próximo episodio donde podremos ver qué termina haciendo después de casi coger al vuelo a la princesa en medio de uno de sus desmayos narcolépticos. Esta cualidad de Eda me da que nos va a dar más de un quebradero de cabeza.
Pues bien, hasta aquí llegamos hoy. Espero que os haya resultado ameno mi desvarío. Seguiremos atentos a esta pareja y a los secundarios, muchos de ellos con relaciones incipientes que a saber cómo se van desarrollando.
—¿La próxima semana más o menos el mismo día y en el mismo lugar? —Ambos me miran sobre sus hombros y se han encogido de hombros.
Yo simplemente salgo de puntillas del lugar. Terminarán matándose o pegándose el lote. Lo dejo a vuestra imaginación. De momento, me quedo con la sensación de que esas florecillas dejadas sobre la mesa de la sala de reuniones han terminado en su bolsillo y de ahí a algún libro. ¿Qué opináis vosotras?
Bien, bien, bien. Me encanta. Una perspectiva distinta y original. Me hace entender mucho mejor el interior de los personajes y su personalidad. Bravo!!!
ResponderEliminarEs sólo una manera peculiar de interactuar con ellos. Conste que sólo es mi percepción y apreciación de lo que pudiera llegar a ocurrir. Me encanta hacerlo, es una especie de fic sin llegar a serlo realmente. Los personajes que crea Ayşe invitan a jugar con ellos y Eda y Serkan son geniales para ello.
ResponderEliminarSiempre fantastica con tus desvarios que nos dejan espectantes ante tu gran imaginacion. Me encanta.
ResponderEliminarAins, muuuchas gracias. La verdad es que Eda y Serkan dan para mucho. Ayşe siempre crea personajes muy carismáticos y con los que se puede jugar.
EliminarEste capítulo me dejó un poco "eing?"...
ResponderEliminarPero sí que se van viendo a algunos por dónde van a ir y a otros no sabes por dónde te saldrán porque parecen bipolares.
El Kaan este debe tener un trauma muy grande para, si quiera pensar en usar a Melo. Por dios, si ella es un trozo de pan.
Seline otra que tal. Mira chica si la jugada te salió mal apechuga.
¿Y Piril? Otra que no sé por dónde cogerla.
Veremos en el próximo con qué nos sorprenden
He ahí un buen resumen de algunos secundarios. En lo que respecta a Piril... creo que siempre se ha sentido segura de Engin, de ahí que esté descolocada ante su coqueteo con Ceda.
EliminarKaan. Que Serkan lo vigile, porque va a usar a Melo. Lo que no sé es si (al final) será un Emre o un Fabri. Yo me entiendo.
Lo de Selin... lo que he dicho: compuesta y sin novio como x².
Ver, veremos cómo se va desarrollando el resto. De todos modos, es una serie que si la alargas más de 16-18 episodios puedes acabar cargándotela al meterle mucho rollo. Soy de la opinión que bueno, si breve, dos veces bueno.
Buenos días. Me encantan tus diálogos con Serkan y Eda. Comparto tu opinión sobre Serkan por fuera es un tio frio y chulito, pero por dentro es un ser tierno con amor para dar a raudales, con Selin no fue así( suposición mia), porque nunca se enamoró de ella. En cambio con Eda el día que se dejen llevar saltaran fuegos artificiales!!!.
ResponderEliminarEn cuanto a Melo no la subestimes, es tierna e inocente pero llegado el caso sabra darle su lección a khaan y puede que este empiece encendiendo brasas y al final se queme el solito. Ya te comente en la reseña anterior qie Aydan y sefte me tenian fascinada, son personajes que van a dar mucho juego. Y que me dices de la tia de Eda la forma de plantar cara a Aydan menudo carácter tiene la señora. De Selin y Frikit te doy toda la razón el chico se acabara cansando y la mandara a freir esparragos!!!
Deseando ver el siguiente episodio y tu reseña. En cuanto a Ayşe creo que si te leyera le encantaria lo que haces, con los personajes que ha creado, pq ella tiene una buena pluma, pero la tuya no anda muy lejos!! 🥰😘
Te doy la razón en lo de Melo. Sé que sacará las garras pero igual puede llegar a hacerlo a destiempo, cuando el daño esté hecho. Pero te vuelvo a dar la razón con Kaan. Será el cazador cazado. El que va a por lana y sale trasquilado, me gustará ver cómo le esquilan, ja, ja, ja.
EliminarLa tía de ella es todo un personaje y me da que oculta algo que puede ser trascendental para Eda y Serkan. ¿Qué es? De momento... ni idea. Seguiré observando.
Los aliados de Eda creo que serán el padre y el secretario de la madre. Al último ya lo tenía encandilado, al padre se lo metió en el bolsillo el miércoles.
En cuanto a lo de Ayşe. Mejor que no llegue a enterarse, podría demandarme por apropiación indebida de personajes, 🤦♀️
A ver, ya lo hemos hablado... hay muchas palabras escondidas en sus miradas, y a él se le nota más que a ella. Por muy hermético, severo o de expresión seria que se muestre, al final hay cosas que, si la otra persona not e importa, no se hacen (el collar, la pared...) Ayse es una maestra y los actores reflejan a la perfección la dicotomía entre lo que piensa la cabeza y siente el corazón.
ResponderEliminarEso hasta él mismo lo reconoce, 😂
EliminarPor cierto, qué bonito lo que has dicho de Ayşe, ya sabes la debilidad que siento por esa mujer, 😭
Yo es que estoy prendada de esta pareja. Las caras de él y el desparpajo de ella son tremendos. Gracias por la reseña!
ResponderEliminar¿Has visto ya el episodio 4? Me pican ya las manos para escribir mi reseña, pero antes he de verlo otra vez. La historia es una maravilla. Por cierto, ¿para cuando tu próxima historia?
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